martes 8 de octubre de 2024

La nutrición en los 1 000 primeros días de vida

La nutrición en los 1 000 primeros días de vida

La nutrición en los 1 000 primeros días de vida

Este período es la clave para asegurar la salud y el desarrollo infantil a largo plazo.

Los primeros 1 000 días de vida, que abarcan desde la concepción hasta los dos años de edad, es un período crítico para el desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño. Este intervalo sienta las bases para la salud futura, haciendo que una nutrición adecuada durante este tiempo sea esencial para un crecimiento óptimo y la prevención de problemas de salud crónicos.

Durante los primeros seis meses, el bebé desarrolla reflejos básicos, como la succión, prensión y marcha, y habilidades motoras fundamentales como el movimiento de cabeza, manos y el gateo. La lactancia materna exclusiva es crucial, ya que proporciona todos los nutrientes esenciales y fortalece el sistema inmunológico del bebé. 



Entre los seis y 12 meses, se introduce la alimentación complementaria sólida, se integran alimentos progresivamente, de uno en uno, para asegurarnos de que el bebé tenga una buena tolerancia a cada uno de ellos y para identificar posibles alergias. En esta etapa el desarrollo motor avanza, permitiendo al bebé explorar su entorno y mejorar habilidades como agarrar objetos y usar el agarre de pinza para manipular comida y utensilios. 

A partir de los 12 meses, el niño empieza a caminar, hablar y formar preferencias alimenticias. Es esencial continuar ofreciendo una dieta equilibrada que incluya una variedad de alimentos para apoyar su desarrollo físico y cognitivo.

Una nutrición adecuada en los primeros 1 000 días apoya la formación de conexiones cerebrales esenciales. Los ácidos grasos Omega 3, hierro y vitaminas son fundamentales para el desarrollo cognitivo y la función cerebral. Una dieta equilibrada promueve un crecimiento físico saludable y evita deficiencias nutricionales. 

La falta de nutrientes esenciales puede llevar a problemas de crecimiento y desarrollo que, a largo plazo, puede causar daños irreversibles. Además, los buenos hábitos alimenticios fortalecen el sistema inmunológico, ayudando a prevenir enfermedades e infecciones y a combatirlas en caso de adquirir una.



La desnutrición durante los primeros 1 000 días puede causar retrasos en el crecimiento y el desarrollo motor. Los bebés y niños desnutridos enfrentarán dificultades para alcanzar un buen desarrollo. A largo plazo, las deficiencias nutricionales pueden tener efectos irreversibles, como un bajo rendimiento intelectual, disminución en la capacidad de trabajo y problemas de salud crónicos, incluyendo diabetes y enfermedades cardiovasculares. Estos problemas pueden persistir a lo largo de la vida, afectando la salud y la calidad de vida.

Los cuidados de la madre 

Asimismo, la dieta de la madre y su salud durante el embarazo y la lactancia es fundamental para la salud del bebé. Se recomienda el uso de suplementos de hierro, ácido fólico y, en algunos casos, de calcio, que tienen un impacto comprobado en la salud tanto de la madre como del feto. 



A partir de los seis meses, se debe continuar con la lactancia y, poco a poco, ir introduciendo alimentos sólidos saludables en la dieta del bebé, de manera gradual, para identificar posibles intolerancias. La alimentación debe ser variada e incluir alimentos de cada grupo para asegurar un desarrollo óptimo. Normalmente, un pediatra brindará el apoyo y educación necesarios para la lactancia materna y la introducción gradual de alimentos en la dieta del bebé.

En el Ecuador, la Red de Nutrición Infantil (REDNI) trabaja para reducir la desnutrición crónica infantil (DCI), que afecta aproximadamente al 20.1% de los niños menores de dos años en el país, con el objetivo de disminuir este porcentaje al 10% para el 2030. La estrategia principal de REDNI se centra en la prevención, como por ejemplo mejorar el acceso a servicios de salud, promover prácticas de cuidado adecuadas y asegurar dietas nutritivas para madres y niños durante los primeros 1 000 días de vida.

Ejemplos de alimentos que se pueden agregar durante las etapas de crecimiento

Edad: 6 – 12 meses
Se procura integrar progresivamente alimentos de todos los grupos antes del año de edad.

  • Cereales y granos: Cereales de un solo grano como arroz, avena, maíz, quinua y arroz de cebada. Se dan cocidos y mezclados con leche materna.
  • Frutas: Manzana y pera (cocidas y trituradas), plátano (aplastado o en puré), aguacate (aplastado y mezclado con otros alimentos).
  • Verduras: Zanahoria y zapallo (cocidas y hechas puré), camote (cocido y triturado), brócoli y zucchini (cocidos y triturados).
  • Proteínas: Pollo y pavo (cocidos y triturados en puré), carne de res (lomo triturado), pescado (a partir de los 10 meses), huevo (de 6 – 8 meses: primero la yema, luego la clara para ver la tolerancia; entero cocido y triturado introducido de forma gradual y combinado con otros alimentos).
  • Productos lácteos: Yogurt natural (sin azúcar ni saborizantes añadidos), queso fresco (en pequeñas cantidades y bien triturado).


Edad: 12 – 24 meses
A partir del año, cambian las porciones de alimentos.

  • Cereales y granos: Arroz integral y avena (cocidos y combinados con verduras), pasta (cocida en trozos pequeños), pan integral (en trozos pequeños sin sal ni azúcar).
  • Frutas: Manzanas y peras (cortadas en trozos pequeños), uvas (cortadas en mitades y sin pepas para evitar atragantamiento), fresas y otras bayas (lavadas y cortadas en pedazos pequeños).
  • Verduras: Verduras al vapor como zanahorias, brócoli y arvejas (cortadas en trozos pequeños), ensaladas con espinaca baby, tomates cherry (cortados) y aguacate, zucchini y berenjena (cocidos y en trozos pequeños).
  • Proteínas: Pollo y pavo (cortados en trozos pequeños y bien cocidos), huevos (cocidos y cortados en pedazos), legumbres (cocidas bien trituradas o en puré), carne roja magra (cocida suave y cortada en pedacitos).
  • Productos lácteos: Leche, yogurt y queso en porciones pequeñas.

 
*IMPORTANTE: 

1. Entre los seis y 12 meses se deben integrar los alimentos de uno en uno, y no dos o tres a la vez. Esto permite reconocer la tolerancia a los alimentos e identificar posibles alergias, sobre todo en familias con historial médico. 

2. La sal y el azúcar se pueden introducir a partir del año, no antes. 


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María Gabriela Saá Jaramillo Márquez de la Plata

Pediatra, especializada en la universidad de Wilhelm-Munster - Alemania
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Consultorio Centro Plaza Cumbayá, oficina 203, calle Pampite y Chimborazo

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