Es la bebida estrella de la temporada, una tradición culinaria que une a las familias.

Uno de los preparados más apetecidos y populares en nuestro país. Al igual que la fanesca caracteriza la época de la Semana Santa, la colada morada marca un período importante en el calendario católico. Tradicionalmente consumida entre octubre y noviembre, y siempre acompañada por las guaguas de pan, es un hito indispensable para rendir culto a los parientes y seres queridos que ya no están con nosotros.

En su libro El Sabor de la Memoria, Julio Pazos Barrera explica que “la presencia de estas prácticas se articula con orígenes culturales remotos, a su vez vinculados con antiguas creencias de los ámbitos mágicos y religiosos”.

El origen de la bebida

Los inicios de la colada morada se remontan hace más de 4 500 años, a la época prehispánica, cuando los nativos la elaboraban como una ofrenda a los muertos. En aquella época no se preparaban las tradicionales guaguas de pan, pues fueron los ibéricos quienes introdujeron el trigo para hacerlas.

Este potaje caracterizaba una época de memoria y plegaria, pues se consumía en la temporada de lluvia para comenzar nuevas cosechas y celebrar la nueva vida.

Preparación

La exquisita mezcla de harina de maíz negro, frutas como mora, naranjilla, mortiño y hierbas aromáticas es lo que le aporta su color característico, así como su exquisito sabor y su inconfundible aroma. Suele endulzarse con panela o en algunos casos, con miel.

En El Sabor de la Memoria, Pazos Barrera comenta que “se la prepara con harina de maíz negro, fermentada en agua de naranjilla y teñida con la flor del ataco denominada también sangoroche. Al cocérsela se tiene el buen cuidado de agregar ramitas menudas de arrayán.”

A lo largo del Ecuador

El Día de los Difuntos se celebra en todo el Ecuador y no hay región o provincia en la que no se prepare esta exquisitez. En ciudades y poblados se conoce como colada morada, pero en medios rurales se la llama como mazamorra negra.

En algunas provincias como Santa Elena, Guayas y Carchi, se prepara una “Mesa de Muertos” donde la colada se relaciona con los platos favoritos de los difuntos. La colada morada es una de las tradiciones culinarias más respetadas en nuestro país, tanto por su importancia histórica como simbólica.