La alimentación, clave para el desarrollo infantil

La alimentación, clave para el desarrollo infantil

La alimentación, clave para el desarrollo infantil

Una dieta equilibrada contribuye al crecimiento, fortalece la salud y sienta las bases del bienestar a lo largo de la vida.

Entre los cuatro y 11 años, los niños no solo están creciendo físicamente; también están moldeando su metabolismo, sistema inmunológico, hábitos de vida y relación con los alimentos. Es una etapa crucial en la que una alimentación inadecuada puede tener efectos inmediatos (como fatiga, irritabilidad o bajo apetito), pero también consecuencias a largo plazo que impactan en su desarrollo cognitivo, emocional y en su salud futura. Lo que comen hoy influye directamente en cómo crecerán, aprenderán y se sentirán mañana.

¿Qué implica una “mala alimentación” al crecer?

Una mala alimentación en esta etapa no se limita a comer muchos dulces o a comer poco. Consiste, más bien, en una dieta con exceso de azúcares añadidos, harinas refinadas y grasas saturadas. Limitada en frutas, verduras, fibra, proteínas de calidad y grasas saludables. También implica una alimentación basada principalmente en productos ultraprocesados con bajo valor nutricional, monótona (centrada siempre en arroz, pan, leche o fideos) y que no cubre adecuadamente las necesidades del cuerpo para crecer, moverse, concentrarse y defenderse.



Riesgos comunes de una mala alimentación

  • Retraso en el crecimiento y debilidad ósea por falta de calcio, magnesio, vitamina D y proteína.

Para evitarlo: incluya en la dieta yogures, avena con leche, bebidas fortificadas, frutos secos y caldos.

  • Cansancio constante y falta de concentración, muchas veces asociados al exceso de azúcar y harinas refinadas, pueden ser señales de una alimentación baja en hierro, grasas saludables y fibra.

Para evitarlo: reemplace los jugos azucarados por jugos con calcio o agua y fruta. Consuma nueces y semillas.

  • Sobrepeso o bajo peso por dietas muy desequilibradas, con demasiadas calorías o muy pobres en nutrientes.

Para evitarlo: priorice snacks con proteína y energía sostenida como frutas, yogur y barras integrales.

  • Sistema inmunológico débil por falta de zinc, vitaminas A, C, D, E y antioxidantes.

Para evitarlo: integre en su alimentación frutos rojos, zanahorias, batidos con espinaca, chía, maní y yogur natural.

  • Cambios bruscos de humor o irritabilidad por picos de glucosa, hipoglucemia y déficit de ácidos grasos omega-3.

Para evitarlo: combine carbohidratos con proteína y grasa. Por ejemplo: pan con queso, una porción de fruta y frutos secos.



Mejore la alimentación de su niño con pequeñas acciones cotidianas

En el supermercado:

  • Lea las etiquetas: evite productos que contengan azúcar, jarabe de maíz o almidones modificados entre los primeros ingredientes.
  • Varíe sus compras: incluya fuentes de proteína, frutas, vegetales y alimentos ricos en fibra.
  • Haga de las compras una experiencia divertida: permita que su hijo elija una “novedad saludable” cada semana.


En la lonchera:

  • Aplique la fórmula tres a uno: tres alimentos que nutren (como fruta, cereal integral y proteína) por uno que divierte (aunque lo saludable también puede ser divertido y delicioso).
  • Prefiera bebidas saludables: agua natural, aguas saborizadas con fruta o bebidas fortificadas.
  • Pruebe combinaciones clásicas y balanceadas: maní con banana y yogur; o un sánduche de jamón con chips de zanahoria y bebida con calcio.


En casa:

  • La variedad es clave: cuantos más colores en el plato, más nutrientes en su organismo.
  • Diversifique las comidas: evite que el arroz, los fideos o el pan sean siempre la base. Explore nuevas opciones.
  • Cocinen juntos: cuando los niños participan en la preparación, disfrutan más lo que comen.


Una alimentación deficiente no solo deja al niño con hambre… lo deja con menos defensas, menos energía y menos herramientas para crecer. Sin embargo, cuidar su nutrición no tiene que ser difícil, ni perfecto; solo necesita ser más consciente, variado e intencionado. Recuerde que cada vez que hace las compras, prepara una lonchera o sirve un plato, tiene en sus manos una oportunidad valiosa: nutrir no solo el cuerpo de su pequeño, sino también su salud, su mente y su futuro.

Referencias

  • Maggini S, Wenzlaff S, Hornig D. (2010). Essential role of vitamin C and zinc in child immunity and health. J Int Med Res, 38(2): 386-414. Enlace 
  • Parents. (17 de agosto de 2023). 11 Important Components of Kids’ Nutrition. Parents. Enlace 

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