Motivar a que sus hijos aprendan un tercer idioma es uno de los mejores regalos que les puede hacer. Permítales que adquieran la destreza que abre todas las puertas.
Los años formativos son el momento perfecto para adquirir la mayor cantidad de conocimiento. Las capacidades cerebrales humanas no tienen límites, por lo que es la etapa ideal para aprender no una, sino dos lenguas extranjeras.
Incorporar dos idiomas al vocabulario personal es una inversión en la vida de sus hijos y las habilidades que obtendrán a corto y largo plazo no tienen comparación. Mientras más temprano se inicie con este aprendizaje, es mejor.
En estos años se prepara el cerebro para que los niños se sensibilicen al idioma. Hasta los 18 años el paladar es suave y maleable, por lo que, si se inicia el aprendizaje de un idioma a edades tempranas, mejor será la fluidez y pronunciación.
A nivel cultural, un tercer idioma es muy importante. Es adentrarse en una cultura. Hay muchas cosas que pasan a través del idioma, como letras de canciones, películas y coloquialismos. Conocerlos expande la mente.
Idealmente, se puede iniciar con un acercamiento desde los tres años, por medio de actividades lúdicas, ya que de esta manera se lo interiorisa fonéticamente. Desde los seis años se puede aumentar la parte escrita y la intensidad, para abordarlo desde los 13 como una actividad extracurricular. Esto posibilitará que a los 17 ó 18 se tenga un excelente nivel, que permita el acceso a una universidad
extranjera.
El idioma más sencillo
Como hispanoparlantes, los idiomas más fáciles para adoptar como tercera lengua son los que tienen las mismas raíces latinas. Francés, italiano, portugués y español las comparten y son más fáciles para los niños de aprender.
Aunque el inglés es el primer idioma extranjero y, de momento, no tiene competencia, nunca va a ser el tercer idioma que la gente aprenda. Su gramática es bastante sencilla, pero, por ejemplo, en el francés, la gramática es bastante similar a la del español.
En este sentido, lo importante es llevar a los pequeños a una fonética más amplia y complicada que la del español, para que amplíen su mente y cuenten con toda la predisposición para pronunciar de la mejor manera.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Si los padres desean cerciorarse que su hijo esté en camino a dominar un tercer idioma, lo mejor que pueden hacer es aprenderlo al mismo tiempo. Un niño siempre se va a motivar si los papás se motivan, pero hay que incentivarles a ir más allá. Esto no implica revisarles las tareas, sino ver una película, escuchar música o leer un libro. El idioma no está solo en un cuaderno, sino en todo el entorno.
Francés, el idioma del romance
Es la segunda lengua más aprendida en el mundo y se la habla en los cinco continentes. El idioma del arte, la cultura y el amor.
Es un idioma perfecto para viajar, descubrir el mundo, abre las puertas del éxito laboral y nunca es tarde para aprenderlo. Varios centros ofrecen programas intensivos que garantizan su fluidez en nueve meses. Perfecto si se desea aplicar a una universidad francófona.