miércoles 15 de octubre de 2025

La alimentación, clave para el desarrollo infantil

La alimentación, clave para el desarrollo infantil

La alimentación, clave para el desarrollo infantil

Una dieta equilibrada contribuye al crecimiento, fortalece la salud y sienta las bases del bienestar a lo largo de la vida.

Entre los cuatro y 11 años, los niños no solo están creciendo físicamente; también están moldeando su metabolismo, sistema inmunológico, hábitos de vida y relación con los alimentos. Es una etapa crucial en la que una alimentación inadecuada puede tener efectos inmediatos (como fatiga, irritabilidad o bajo apetito), pero también consecuencias a largo plazo que impactan en su desarrollo cognitivo, emocional y en su salud futura. Lo que comen hoy influye directamente en cómo crecerán, aprenderán y se sentirán mañana.

¿Qué implica una “mala alimentación” al crecer?

Una mala alimentación en esta etapa no se limita a comer muchos dulces o a comer poco. Consiste, más bien, en una dieta con exceso de azúcares añadidos, harinas refinadas y grasas saturadas. Limitada en frutas, verduras, fibra, proteínas de calidad y grasas saludables. También implica una alimentación basada principalmente en productos ultraprocesados con bajo valor nutricional, monótona (centrada siempre en arroz, pan, leche o fideos) y que no cubre adecuadamente las necesidades del cuerpo para crecer, moverse, concentrarse y defenderse.



Riesgos comunes de una mala alimentación

  • Retraso en el crecimiento y debilidad ósea por falta de calcio, magnesio, vitamina D y proteína.

Para evitarlo: incluya en la dieta yogures, avena con leche, bebidas fortificadas, frutos secos y caldos.

  • Cansancio constante y falta de concentración, muchas veces asociados al exceso de azúcar y harinas refinadas, pueden ser señales de una alimentación baja en hierro, grasas saludables y fibra.

Para evitarlo: reemplace los jugos azucarados por jugos con calcio o agua y fruta. Consuma nueces y semillas.

  • Sobrepeso o bajo peso por dietas muy desequilibradas, con demasiadas calorías o muy pobres en nutrientes.

Para evitarlo: priorice snacks con proteína y energía sostenida como frutas, yogur y barras integrales.

  • Sistema inmunológico débil por falta de zinc, vitaminas A, C, D, E y antioxidantes.

Para evitarlo: integre en su alimentación frutos rojos, zanahorias, batidos con espinaca, chía, maní y yogur natural.

  • Cambios bruscos de humor o irritabilidad por picos de glucosa, hipoglucemia y déficit de ácidos grasos omega-3.

Para evitarlo: combine carbohidratos con proteína y grasa. Por ejemplo: pan con queso, una porción de fruta y frutos secos.



Mejore la alimentación de su niño con pequeñas acciones cotidianas

En el supermercado:

  • Lea las etiquetas: evite productos que contengan azúcar, jarabe de maíz o almidones modificados entre los primeros ingredientes.
  • Varíe sus compras: incluya fuentes de proteína, frutas, vegetales y alimentos ricos en fibra.
  • Haga de las compras una experiencia divertida: permita que su hijo elija una “novedad saludable” cada semana.


En la lonchera:

  • Aplique la fórmula tres a uno: tres alimentos que nutren (como fruta, cereal integral y proteína) por uno que divierte (aunque lo saludable también puede ser divertido y delicioso).
  • Prefiera bebidas saludables: agua natural, aguas saborizadas con fruta o bebidas fortificadas.
  • Pruebe combinaciones clásicas y balanceadas: maní con banana y yogur; o un sánduche de jamón con chips de zanahoria y bebida con calcio.


En casa:

  • La variedad es clave: cuantos más colores en el plato, más nutrientes en su organismo.
  • Diversifique las comidas: evite que el arroz, los fideos o el pan sean siempre la base. Explore nuevas opciones.
  • Cocinen juntos: cuando los niños participan en la preparación, disfrutan más lo que comen.


Una alimentación deficiente no solo deja al niño con hambre… lo deja con menos defensas, menos energía y menos herramientas para crecer. Sin embargo, cuidar su nutrición no tiene que ser difícil, ni perfecto; solo necesita ser más consciente, variado e intencionado. Recuerde que cada vez que hace las compras, prepara una lonchera o sirve un plato, tiene en sus manos una oportunidad valiosa: nutrir no solo el cuerpo de su pequeño, sino también su salud, su mente y su futuro.

Referencias

  • Maggini S, Wenzlaff S, Hornig D. (2010). Essential role of vitamin C and zinc in child immunity and health. J Int Med Res, 38(2): 386-414. Enlace 
  • Parents. (17 de agosto de 2023). 11 Important Components of Kids’ Nutrition. Parents. Enlace 

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