Los snacks ya no son solo un antojo, sino una solución inteligente para comer bien en cualquier momento. Saber elegir los correctos marca la diferencia entre una compra impulsiva y una selección estratégica. Aquí encontrará consejos para elegir los mejores, combinarlos y disfrutarlos al máximo.
Debe estar listo para comer: sin necesidad de cocción, preparación o complicaciones.
Tiene que ser práctico: fácil de transportar y consumir en cualquier lugar.
Debe aportar algo más que sabor: energía, saciedad y equilibrio.
No puede ser aburrido: la clave está en variar texturas y sabores.
Consejo: no compre snacks al azar. Planee según su día y sus necesidades: energía, saciedad o simplemente disfrute.
La cantidad de snacks depende de sus requerimientos calóricos diarios. Como referencia, un snack saludable suele aportar entre 100 y 200 calorías. Un buen snack es pequeño y diseñado para satisfacer el hambre sin exceder las calorías necesarias. Ejemplos incluyen chips de lenteja, una manzana o una galleta de arroz con mantequilla de frutos secos.
Cuando el tiempo es limitado, pero la energía es clave.
Consejo: combine frutas deshidratadas con frutos secos para un desayuno energético y equilibrado en cualquier lugar.
Energía sin que el hambre ataque antes del almuerzo.
Consejo: los snacks con proteína y fibra mantienen el hambre bajo control por más tiempo.
Cuando quiere algo rico, pero sin desordenar su alimentación.
Experimento: si nunca ha probado chocolate con sal marina o ají, hágalo. Su snack nocturno pasará a otro nivel.
Varíe las texturas: combine crujiente (chips, frutos secos, galletas) con cremoso (yogur, hummus, queso crema, guacamole).
Mejore el sabor con un toque extra: un poco de miel, mantequilla de frutos secos, ají, canela o cacao en polvo transforma cualquier snack.
Divida en porciones pequeñas: así evita comer por impulso y se mantiene organizado.
Dato clave: los mejores snacks no solo sacian, sino que sorprenden al paladar. No se quede con lo mismo de siempre.
El kit definitivo debe incluir:
Algo crujiente: chips de vegetales, frutos secos o crackers integrales.
Algo dulce: fruta deshidratada, chips de coco, chocolate negro o yogur griego con miel.
Algo proteico: queso en cubitos, chochos, nachos proteínicos con grillo, puff de proteína queso cheddar blanco, tostadas de arroz con hummus.
Algo ligero: chips de yuca o camote, confite horneado de semillas de ajonjolí, galletas integrales, quinua snack, chips no fritos papa sabor natural.
Distribuya los snacks en porciones pequeñas y evite comer por impulso.
Planifique su compra: no es lo mismo elegir un snack al azar que tener opciones listas para disfrutar.
El hábito de picar entre comidas es ancestral y ha evolucionado desde la recolección hasta los modernos snacks. Hoy, la innovación ofrece opciones más saludables.