La temporada navideña no siempre es alegría: la presión social puede generar estrés y afectar la salud mental. Descubra cómo manejarlo.
La época de Navidad y Año Nuevo suele estar cargada de alegría y encuentros entre amigos y familia, pero también de las exigencias del “deber ser”, influenciadas por la sociedad y el consumo. Esta presión puede generar estrés difícil de manejar, que impacta en la salud mental y física.
Navidad: ¿todos felices?
Si bien se espera que estás fechas sean de alegría y unión, muchas personas experimentan otro tipo de sentimientos. Un estudio de la Asociación Americana de Psicología indica que al menos el 38 % de la población sufre un aumento de estrés en esta temporada navideña, con posibles síntomas de depresión, ansiedad y mayor consumo de sustancias. Las causas están relacionadas con sentimientos de soledad, pérdida y la presión de cumplir expectativas sociales: “tener que ser feliz”, “compartir en familia” y “mostrar que todo está bien”. Además, en algunos casos, los entornos laborales, sociales y familiares pueden volverse lugares de inseguridad y malestar para quienes se ven obligados a compartir con personas que no son respetuosas o solidarias.

Aspectos que generan estrés en esta temporada
- Mucho que hacer, poco tiempo para hacerlo: múltiples reuniones que requieren planificación y priorización del tiempo.
- Presiones económicas y gastos extras: gastos elevados para cumplir expectativas propias y de otros.
- Expectativas sociales: existe la presión familiar y social de asistir a los eventos, mostrando alegría, interés, etc.
- Soledad y duelo: pérdida de alguien significativo o de relaciones importantes (laboral, familiar, amorosa, filial).
- Relaciones familiares que generan estrés: comentarios inapropiados de parientes, conductas pasivo-agresivas y hostilidad.
Estos factores elevan los niveles de cortisol (la hormona del estrés), provocando malestares físicos, problemas de sueño, irritabilidad, aislamiento e incluso ataques de pánico.
¿Es obligatorio compartir?
La autoexigencia y la presión por participar en eventos familiares, donde muchas veces predominan la tensión y los comentarios incómodos, sumado al rol de ser anfitrión y querer que todo sea perfecto o tener que lidiar con personas resentidas, solo incrementa este estrés. Aunque las reuniones buscan motivar la convivencia y el compartir, es recomendable reflexionar antes de aceptar una invitación u organizar un encuentro. Hacerse algunas preguntas previas puede ayudar a cuidar el bienestar personal y familiar:
- ¿Me siento con ánimo y energía para compartir con mi familia/amigos?
- ¿La relación con estas personas me motiva o me hace sentir mal?
- ¿El vincularme o pasar tiempo con estas personas, me aporta algo? (no se trata de cosas materiales —regalos, dinero, presentes— sino de si son relaciones que construyen, alegran y fortalecen su autoestima y autoconcepto).
- ¿Puedo ser auténtica/o en estos contextos relacionales o me obligan las circunstancias a ponerme la máscara de un supuesto bienestar y mantener la fachada de “todo está bien”?
Responder estas preguntas le ayudará a decidir si asistir es positivo o no. Tomar decisiones conscientes puede transformar su experiencia y cuidar su bienestar durante las fiestas, sin sentir presión ni agotamiento emocional. En esta época, el autocuidado es crucial.

Ideas de autocuidado en la temporada
A continuación, le ofrecemos algunas recomendaciones para practicar un autocuidado responsable durante las reuniones familiares y laborales que pueden generar estrés o ansiedad.
- Aprenda a poner límites.
Establecer límites en todos los contextos es esencial para construir relaciones saludables y cuidar su salud mental. Los límites ayudan a prevenir el agotamiento físico y emocional, priorizar las actividades realmente importantes y mantener vínculos más auténticos.
- Priorice los eventos en los que quiere participar
Reconozca cuáles reuniones son significativas y cuáles son simples compromisos sociales. Recordar que las invitaciones pueden aceptarse o rechazarse es clave. Permitirse decir “no” cuando así lo siente, y “sí” cuando realmente lo desea —sin culpa ni miedo a la opinión de los demás— es parte del autocuidado responsable y, además, un derecho que merece ejercer.
- Darse tiempo para sí mismo, más allá del compartir en familia
Si bien compartir en familia tiene su encanto, reservar tiempo personal es indispensable durante las fiestas. Pasear al aire libre, leer un libro o realizar una actividad que le guste favorece su estado de ánimo y le permite llegar a los encuentros con una actitud más tranquila y positiva.
- Busque aliados y construya redes de apoyo
Si hay personas de su familia o entorno con quienes se siente más cómodo, procure su compañía durante las reuniones. Contar con un aliado hará que la experiencia sea más llevadera. Asimismo, fortalecer vínculos con familiares o amigos que lo quieren y respetan le brindará apoyo emocional cuando lo necesite.
- Busque apoyo profesional
La ayuda de un profesional competente, con una escucha activa y respetuosa, puede ser clave cuando las relaciones familiares afectan su estabilidad o salud mental. La terapia es una herramienta valiosa para descubrir nuevas perspectivas, fortalecer la autoestima y generar transformaciones sostenibles en el tiempo.