El emprendimiento se está posicionando en el mercado nacional con precios competitivos y operaciones enfocadas en la responsabilidad social.
En 2020, en vista de necesidad financiera y durante plena pandemia, Erika Lizbeth Taboada inició un pequeño negocio comercializando verduras y legumbres a precios módicos, desde su auto, en Tungurahua y Cotopaxi. Tres años después, el emprendimiento ha crecido, llegando a las perchas de diversidad de autoservicios y expandiendo el alcance de su portafolio en todo el Ecuador.
La propietaria comenta que, en un inicio, a penas contaba con tres clientes, el desconocimiento general del COVID le asustaba por un posible contagio, su camioneta muchas veces se dañaba en las carreteras y, en ocasiones, volvía a casa con mercadería sin vender, inclusive a precios significativamente baratos.
Sin embargo, se rehusó a darse por vencida. “Vi en una publicación de redes sociales cómo una señora vendía sus productos en bandejas y opté por hacer algo similar, para que mis ítems tengan una mejor presentación, dándoles un valor agregado”, comenta.
De esta manera las cosas empezaron a mejorar. El nombre del emprendimiento, Verdu D&A, es en honor a su hija (Dayana) y su hermana (Araceli), quien es también su socia. Lo que hace especial a su producto, aparte de la presentación, es que son cosechados y empacados el mismo día.
Un aliado importante
Las operaciones continuaron de esta manera hasta que, sorpresivamente, la emprendedora fue contactada por un técnico de Corporación Favorita, quien vio una publicación de la venta de sus productos. “Yo tenía dudas de dar mi información porque no sabía si era cierto. Accedí a que me visitara en campo para revisar mis cultivos y allí me explicó el proyecto Productores de Valor, e iniciamos el proceso de codificación”.
De esta manera, Verdu D&A ingresó a la cadena comercial más grande del Ecuador. El primer envío fue en febrero de 2023. De momento, comercializan arveja y fréjol rojo desgranado en todos los locales de Supermaxi y Akí a nivel nacional, con el objetivo de ingresar sus paquetes de fundas económicas y melloco rojo próximamente.
La empresaria asegura que formar parte de los proveedores de Corporación Favorita es un desafío al que se siguen acostumbrando, pero uno gratificante. “Encontrar personal que me ayude es todo un reto. Antes entregábamos 20 kg y hoy debemos procesar 900 kg de granos para entregar a la Corporación. Sin embargo, siento que mi empresa crecerá y mi capital será mejor”.
Contribución a la sociedad
De momento, la empresa emplea a seis colaboradoras. La propietaria asegura que es de suma importancia para ella emplear a mujeres que son cabeza del hogar o madres solteras, para que tengan el sustento económico para sus familias.
Asimismo, si hay productos que tienen algún desperfecto y no cumplen con las características de la norma de calidad, se los envía a las colaboradoras para su consumo y el de su familia. “El desperdicio que genera el desgrane también se regala a las colaboradoras, explica.
En un futuro cercano, la emprendedora espera seguir creciendo su negocio, diversificar su catálogo y dar más empleo a mujeres amas de casa.