viernes 26 de julio de 2024

Renovando a un clásico italiano

Renovando a un clásico italiano

Renovando a un clásico italiano

Bachirelly lleva 25 años de operaciones. Su ingreso al mercado modificó cómo los ecuatorianos consumen pizza.

Era 1996 cuando Patricio Andrade Romero se percató de que la pizza que tanto le gustaba solo se podía consumir en un formato de comida rápida u ordenarla en un restaurante. Prepararla en casa, de forma artesanal, con los ingredientes que uno prefiera, era imposible. Para conseguir un platillo decente, uno tenía que ser un experto en masas. Con esto en mente, desarrolló la idea para un producto novedoso, inexistente en el mercado ecuatoriano en ese entonces: una masa precocida de pizza.

Fue así como se asoció con su suegro Carlos, un experto en panadería, para dar vida a su invención. Solicitó un crédito y trabajaron juntos por tres meses, probando diferentes alternativas, identificando la logística y creando un empaque adecuado que mantenga la vida útil del producto.

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De esta manera, empezó su gran sueño: el pan de pizza Bachirelly. En la actualidad, la empresa lleva ya 25 años como líder en su segmento de mercado y ha brindado una alternativa adicional a las personas que disfrutan de esta comida, permitiéndoles personalizarla. “Algo muy característico de la cultura ecuatoriana alrededor de la comida es que es una actividad que se disfruta en familia y en la comodidad del hogar. Con mi suegro identificamos esta oportunidad y, en base a ello, desarrollamos nuestra propuesta de valor”, comenta el propietario.
Su producto es fácil de preparar, accesible y brinda la flexibilidad de aportar un toque de sabor individual a la pizza. La masa está libre de transgénicos, colorantes, preservantes y aditivos. El nombre del negocio es en honor a su suegra Beatriz (Bachita).

Una fructífera relación comercial

Gracias a sus conocimientos en administración de empresas, el emprendedor tuvo muy claro desde sus inicios que el producto debía llegar a las perchas de Supermaxi, en ese entonces el único formato de supermercado de la Corporación Favorita. Por ello, cuando el prototipo estuvo listo, solicitó una entrevista con ejecutivos de la Corporación. “Tuvimos la suerte de recibir una respuesta positiva, pues era un producto que ya estaba siendo solicitado por los clientes. Para ese entonces solo se importaban pizzas preparadas y congeladas. Realizamos los trámites correspondientes y, a partir del 18 de septiembre de 1996, logramos entrar”.

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Este mes se cumple un cuarto de siglo del inicio de esta alianza, en la que la empresa ha recibido apoyo y asesoría por parte de los ejecutivos para seguir creciendo, mejorar de forma continua y establecer su nicho en el mercado. Ahora, son un importante proveedor de la cadena comercial más grande del Ecuador.
De momento, Bachirelly tiene presencia en 102 locales, en los formatos de Supermaxi, Megamaxi, Gran Akí y Súper Akí a nivel nacional.

Crecimiento sostenido

El emprendimiento cuenta ya con más de dos décadas de trayectoria. El propietario asegura que gran parte de su éxito, además de la calidad del producto, se debe a que realizan estudios de mercado constantemente, toman riesgos calculados, identifican áreas donde pueden crecer a un ritmo sostenible y están abiertos a nuevas ideas.
En la actualidad, este negocio sigue siendo una empresa familiar, pero emplean a nueve colaboradores externos. “Hemos aumentado personal poco a poco a lo largo de los años. Para nosotros, mantener un crecimiento sostenible es importante, tanto para cumplir con la demanda, como para generar más fuentes de empleo a las familias ecuatorianas. Es fundamental para mí, como propietario, ofrecer trabajo digno a mis empleados, generando confianza y colaboración mutua”.

En un futuro cercano, Bachirelly espera seguir trabajando de la mano con Corporación Favorita, expandir aún más el negocio para llegar a todos los rincones del Ecuador y crecer internacionalmente, comercializando su producto en Panamá y otros países.

El emprendedor aconseja

“Mi consejo para emprendedores se reduce a tres principios: enfoque, perseverancia e identificación de talentos. Cuando se tenga un sueño o un proyecto en mente, no hay que abandonarlo ni perder el enfoque. Debemos tener muy claro nuestro por qué. Cuando nadie le apueste a una propuesta de valor, uno tiene que creer con perseverancia y trabajar por ello. Hay que reconocer las fortalezas y construir un equipo que complemente esas áreas de oportunidad. Los errores nos enseñan y nos guían”.

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