Las relaciones en las que ha experimentado la posibilidad de ser como es, son las que se fortalecen con el tiempo.

Esta época de nuevos comienzos es perfecta para reflexionar sobre muchos de los asuntos que tenemos pendientes en la vida. Al ser seres sociales, por lo general, le damos especial importancia a la evaluación de las relaciones que tenemos con las personas de nuestro círculo íntimo. En ocasiones, nos damos cuenta de que esas relaciones, en lugar de favorecernos, nos entristecen, afectan o limitan.

Si cree que ese es su caso, le proponemos algunas pautas para replantear nuevas formas de interacción con sus seres cercanos, aspectos que pueden apoyar a que el 2020 sea un año de fortalecimiento y metas cumplidas.

Escuchar con genuino interés

Muchas veces oímos, sin escuchar, lo que los otros nos dicen. Hijos, pareja o amigos comentan sobre sus experiencias importantes y lo que nos cuentan nos llama poco la atención.
Los vínculos se reafirman cuando las palabras de los otros generan curiosidad, cuando queremos conocer el final de sus historias, porque nos importa lo que al otro le pasa. La curiosidad y el genuino interés se reflejará en nuestra posición corporal cuando nos hablan y en nuestra forma de mirar, que también son formas de entablar conversación.

El respeto mutuo

Cuando iniciamos el diálogo con un ser querido, es fundamental partir del hecho de que los respetamos como personas. Merecen ser valoradas por lo que son y por lo que implican en nuestra vida. El respeto es el reconocimiento de su importancia para nosotros y se manifiesta en darle valor a sus palabras y a sus actos, aunque puede que estemos
en desacuerdo.

Decir lo que piensa y siente

Fortalecer relaciones se refleja en que los otros lo conozcan cómo es y cómo piensa. Lo justo es que pueda permitirse decir y actuar como sienta. Su palabra respetuosa y honesta posibilitará el que se sienta libre en las relaciones y promoverá también la libertad de los otros.