El país que deleita paladares con su cocina ofrece también maridajes ideales. Su diversidad culinaria encuentra la armonía perfecta con sus vinos.

En la vasta y rica tradición de Italia, cada plato es una obra que fusiona ingredientes frescos con sabores auténticos. Para elevar aún más la experiencia gastronómica, el arte del maridaje desempeña un papel fundamental. Saber hacerlo realza la experiencia gastronómica combinando sabores y texturas. Le presentamos algunas alternativas: 

Risotto de champiñones con chianti. El profundo y robusto sabor del chianti, con sus notas de cereza negra y toques especiados, armoniza con la riqueza del risotto de champiñones. La acidez del vino complementa la cremosidad de esta receta. Una experiencia equilibrada y satisfactoria.

Spaghetti carbonara con vernaccia di San Gimignano. La estructura de este blanco contrasta con la riqueza de la salsa carbonara. Sus huevos, queso y tocino se resaltan con este maridaje. Los toques de manzana y almendra en el vino destacan los sabores salados y ahumados del plato, creando una fusión inolvidable en cada bocado.

Pizza Margarita a con lambrusco. El lambrusco, con burbujas vivaces que deleitan y sabores frutales, es la elección ideal para acompañar una pizza Margarita. Sus notas de frutos rojos complementan la frescura de la salsa de tomate y la suavidad de la mozzarella, realzando cada componente de esta emblemática delicia italiana.

Ossobuco con barolo. La intensidad y el carácter del barolo armonizan a la perfección con la carne del ossobuco. Los matices de frutos negros y rosas hacen que los sabores del guiso cobre vida, proporcionando una experiencia sumamente sofisticada.

Tiramisú con vin santo. Complementa a la perfección la textura suave y los sabores indulgentes del tiramisú. Este maridaje final es un placer culinario que une los aromas tostados del vino con la cremosidad del postre, culminando la comida de manera excepcional.