La corbata es un accesorio esencial del estilo masculino, el cual puede anudar de diversas maneras, según la ocasión
El clásico. Es un nudo grueso, simétrico y triangular. Perfecto para corbatas moderadamente anchas. Proporciona un look tradicional, en particular para ambientes de negocios. Funciona con cuellos abiertos.
Es un poco abultado y complejo de realizar, pero se luce en todo tipo de situaciones. Si se lo realiza correctamente, crea un efecto cilíndrico llamativo. Perfecto para camisas de cuello angosto, complementándolo con un chaleco.
Tradicional y un tanto asimétrico. Es un poco más informal, pero discreto. Se luce en corbatas tipo skinny o de longitud media. Realizarlo es relativamente sencillo.
Simétrico, triangular y elaborado. Este nudo, a diferencia de los otros, se hace con la parte más delgada de la corbata y el trenzado que se obtiene busca llamar la atención. Ideal para compromisos elegantes.
Uno de los más populares. Su simpleza lo hace muy sencillo de aprender. Funciona para ocasiones más informales y se ve bien, tanto en corbatas gruesas como delgadas.
Una versión más sencilla que el Windsor tradicional. Es simétrico y versátil. Perfecto para ocasiones formales, laborales o casuales.