Cualquier momento es excelente para disfrutar del turismo nacional, visitando una laguna. Conocerlas es una oportunidad para apreciar la megadiversidad del país.

El Ecuador es un país que alberga una riqueza biológica sin igual, volviéndolo un santuario de la naturaleza. Entre estos ecosistemas presentes en nuestro país se destacan las lagunas: cuerpos de agua de inmensa belleza, que adornan los paisajes y dejan sin palabras a quienes las visitan. Muchas se encuentran en parques nacionales, de modo que ir de excursión y disfrutar de lo que ofrecen es una experiencia que vale la pena vivir.

Laguna de Colta

Conocida también como “Laguna de Pato”, está ubicada bajo la ladera del Chimborazo, reflejándolo y evocando un paisaje andino de impresionante naturaleza. Es un ícono de la Sierra ecuatoriana. La Laguna de Colta es frecuentada por turistas que desean hacer senderismo y conocer más sobre la zona, pues la cultura ancestral que rodea a este espejo de agua se remonta a los años de la conquista, cuando los españoles decidieron construir una iglesia en devoción a la Virgen de Balbanera, a sus orillas, la que sería la primera iglesia católica del Ecuador. Este espacio es el hogar de varias especies de aves acuáticas y un sitio de estadía para muchas otras que migran en épocas calurosas. Asimismo, en las orillas pueden verse llamas, ovejas y alpacas bebiendo de las aguas.

Laguna Yahuarcocha

Ubicada en la provincia de Imbabura, la Laguna de Yahuarcocha fue el escenario de una feroz batalla durante la época de los Incas, que tiñó sus aguas de rojo, dándole su nombre “Laguna de sangre”. Actualmente es uno de los puntos más turísticos de Imbabura, pues dada la gran variedad de aves como colibríes, patos, golondrinas y gorriones, es un sitio idóneo para que los visitantes aprecien estas especies. Además, Yahuarcocha cuenta con un gran número de miradores, fincas, montículos y terrenos indígenas. Sin duda, un lugar digno de visitar.

Laguna Quilotoa

Es la laguna que se ha formado en el cráter del volcán del mismo nombre, cuya última erupción se dio hace más de 800 años. Aún existen manantiales calientes en la laguna y los minerales disueltos han teñido el agua con una sorprendente coloración verde esmeralda. Es un excelente lugar para los amantes de la fotografía. En las cercanías pueden observarse zorros, venados e incluso lobos. El Quilotoa cuenta con rutas para senderismo que permiten rodear todo el cráter, paseos en bote y kayak en las aguas, y también hay como acampar en el fondo de la caldera. Para quienes disfrutan de la equitación, hay diversidad de complejos turísticos en las cercanías del cráter, donde pueden alquilarse caballos para una cabalgata ocasional.

Laguna Cuicocha

También conocida como “Laguna de Arcoíris” o “Laguna de los Dioses”, es un gran cuerpo de agua ubicado al norte de Quito, cerca del volcán Cotacachi. Cuicocha tiene en su interior dos pequeñas islas de origen volcánico, cubiertas de exuberante vegetación de más de 350 especies. Si bien el acceso a estas islas está prohibido, crean un paisaje al cual no es necesario acceder para disfrutarlo, pues la vista es de incalculable belleza. No es en vano que el espacio entre las islas se haya bautizado como “Canal de los ensueños”.

Lago San Pablo

A los pies del volcán Imbabura se encuentra el Lago San Pablo, un centro turístico conocido principalmente por sus miradores, los restaurantes aledaños y los paseos en lancha. En este lugar se celebra anualmente la Travesía Natatoria al Lago San Pablo durante las Fiestas del Yamor, en agradecimiento a la cosecha y fertilidad. La equitación, el ciclismo y el senderismo son algunas de las actividades que se pueden realizar en sus cercanías. El reflejo del Imbabura en la laguna crea una imagen tan perfecta, que algunos pueblos de la zona dicen que la laguna es la esposa del volcán.