Desde hace 22 años De Alicia fabrica y comercializa un clásico de la panadería nacional: la quesadilla.
Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Esta frase célebre encapsula perfectamente los inicios de De Alicia. El emprendimiento inició con la llegada de la crisis financiera del cambio de siglo. Durante este suceso, Rómulo Delgado Palacios y su familia lo perdieron todo y se vieron obligados a empezar desde cero, apostando todas sus energías a la idea de su madre Alicia: la elaboración de quesadillas artesanales.
El emprendedor y su familia aprendieron y se capacitaron en cosas que desconocían, como ventas, finanzas y marketing, para sacar adelante a su proyecto. “Mi madre, como muchísimas otras, es emprendedora por naturaleza y mucho de esta capacidad creativa nace en su cocina, produciendo y compartiendo la tradición culinaria. La quesadilla ha sido nuestro estandarte”, comenta el Gerente Propietario.
Si bien en el mercado existe gran variedad de productos en una línea similar, lo que hace diferente a este negocio es que preserva la tradición casera ecuatoriana de una manera auténtica. Además, lleva un mensaje de vida que se encuentra en sus empaques, como la lucha por ser honrado, practicar la justicia, construir amor y construir familia.
Gracias a su pasión, perseverancia y resiliencia, el producto se ha posicionado en el competitivo mercado de la panadería tradicional empacada. En un inicio producían 60 unidades diarias de manera manual. En la actualidad han desarrollado su propio robot con el cual producen hasta 18 000 quesadillas por día.
Visión de crecimiento
El empresario y su madre sabían que, si querían crecer y llegar a todos los rincones del país, necesitarían de un aliado estratégico que les ayude a alcanzar sus objetivos. Por ello, desde sus inicios, lucharon por ingresar a los supermercados de Corporación Favorita, la cadena comercial más grande del país en ese entonces y en la actualidad.
Presentaron su producto en Cuenca. Recibieron apoyo y tiempo por parte de los ejecutivos para perfeccionar su emprendimiento, codificarlo, mejorar el empaque y hasta la implementación del código de barras. En su tercer intento, fueron aceptados. “Estamos muy agradecidos con la Corporación. Ingresar a sus autoservicios nos ayuda cada día a ser más competitivos. Y esto significa no solo competir en la percha con presentación y precio, sino también en servicio”.
De momento, De Alicia está disponible en los formatos de Supermaxi, Megamaxi y Akí.
Apostándole a la equidad
Desde el inicio de sus operaciones, la empresa ha evitado contratar a maestros panaderos o pasteleros. Más bien, se enfoca en acoger y dar oportunidades a mujeres y madres solteras que luchan por salir adelante, capacitándolas y permitiéndoles crecer profesional y económicamente. En un momento, contaron con 24 personas en nómina. En la actualidad, por la coyuntura, emplean a nueve colaboradoras.
En un futuro cercano De Alicia espera reconstituir los niveles productivos y comerciales que fueron afectados por la pandemia, llegar a más rincones del Ecuador con su producto y, principalmente, llevar sus mensajes, historia y testimonio de vida a muchos otros emprendedores que se encuentren iniciando.