miércoles 1 de mayo de 2024

2021, un año de posibilidades

2021, un año de posibilidades

2021, un año de posibilidades

Es importante pensar en lo que ha sido el ciclo que termina cuando cambiamos la hoja en el calendario y comienza un año nuevo.

El 2020, un año lleno de sorpresas e incertidumbres. El mundo sigue en vilo por la pandemia y su impacto en nuestras vidas cotidianas. Las secuelas económicas, el encierro obligatorio y la nueva normalidad son hechos que marcarán este año, como un antes y un después, para los seres humanos.

La importancia de hacer un balance

2021, un año de posibilidades

La vida, como todo en la naturaleza, está compuesta de ciclos. Un año, más allá de solo ser una convención social para organizar nuestro tiempo, es vivido como un cierre y un inicio de un ciclo. Por ello, es interesante tomarse un tiempo para reflexionar, evaluar y proyectarnos.

En un año tan distinto a lo que se ha vivido anteriormente, también el balance de fin de año puede ser una herramienta para ‘recargar’ energías, reconocer los logros, lo que nos faltó concretar y sistematizar los descubrimientos realizados sobre nosotros mismos y los demás.

Un balance es, sin duda, un ejercicio que nos permite darnos tiempo para nosotros mismos. Hacerlo, sin dejarnos llevar por el pesimismo, sino como un ejercicio consciente, nos permite escucharnos y es parte del auto cuidado fundamental para encarar nuevos retos e iniciar un nuevo ciclo con ánimo y expectativas positivas.

2021, un año de posibilidades

Hay muchas formas de hacer balances de fin de año. Dependen del estilo, del temperamento de cada persona y de las herramientas creativas con las que cuente. Le invitamos a tener en cuenta estos elementos para que este ejercicio tenga profundidad y se convierta en un buen apoyo para proyectar nuestro 2021.

Como en todo lo que se emprende, no siempre importa más el resultado, sino reconocer que el proceso que se ha llevado a cabo para conseguirlo es vital y es, justamente, lo que más riqueza tiene.

La época de cambio

La época de cambio que implica el mes de diciembre es el marco perfecto para hacer planes. Más allá de los consabidos “propósitos”, vinculados con dietas, hacer ejercicio o iniciar un proyecto, se trata de tomar en cuenta lo que se dejó pendiente o se pudo hacer mejor, para apuntarlo como prioritario para el siguiente año.

Se trata de preguntarse con honestidad si lo que se ha concretado puede mejorar, si merece la pena dedicar tiempo y esfuerzo para hacerlo mejor y si contribuye a lo que se quiere lograr a mediano y largo plazo.

                                                                                                                                   

Cómo hacer un balance de fin de año

Destinar un tiempo para realizar nuestro balance

1-. Destinar un tiempo para realizar nuestro balance. 

Poner en agenda este proceso es importante. Mirar lo que hemos realizado, a lo largo de este ciclo, requiere que estemos concentrados por un tiempo suficiente, para repasar lo que hemos hecho de manera profunda y productiva.

Encontrarse en un ambiente sereno

2-. Encontrarse en un ambiente sereno. 

Más allá de lo ajetreado de diciembre, encontrar un espacio con tranquilidad, para nosotros, es fundamental si queremos hacer un balance del año a conciencia. Caminar entre los árboles en un parque cercano puede ser una buena idea. Acompañarnos de una buena taza de café, té o chocolate, para calentar el cuerpo y el corazón, una buena banda sonora que nos facilite la concentración, o tener a mano un cuaderno y un esferográfico, puede ser de utilidad, para ‘ambientar’ nuestro espacio de reflexión.

Determinar los ámbitos del balance

3-. Determinar los ámbitos del balance. 

Somos seres sociales y nos movemos en distintos espacios relacionales.  Es importante diferenciar esos aspectos para desarrollar nuestro balance.  No es conveniente analizar lo personal, familiar y laboral en conjunto, sino que reflexionemos en los tres aspectos por separado para realizar un balance más objetivo y realista.

Reconocer los distintos aspectos que importan

4-. Reconocer los distintos aspectos que importan. 

En cada uno de los ámbitos, hay aspectos que tiene sentido analizar y otros que no. Por ejemplo, en el ámbito personal, sería necesario diferenciar el aspecto del dinero, el de la salud, y el de las relaciones de amistad y amorosas para observarlos por separado.

¿Es viable ser asertivo?

5-. ¿Es viable ser asertivo? 

Es difícil y también es posible. Para esto puede ayudar escribir o realizar la lista conocida de aspectos negativos y positivos en relación a un tema específico. Un balance implica cierta mirada reflexiva, tanto para mirar lo bueno (los logros y triunfos alcanzados) como lo malo (lo que dejamos a medias o no iniciamos siquiera). Sin embargo, ‘objetividad’ no es sinónimo de crueldad o severidad, mirarnos con compasión (a favor nuestro) y honestamente, es muy importante.

La reflexión sobre lo que cada uno ha vivido es, en sí misma, un ejercicio positivo que evidencia el camino recorrido, los retos a los que se han enfrentado y qué recursos personales se han puesto en juego para superarlos. También es valioso reconocer qué no se hizo bien, qué faltó, qué errores se cometieron y, adicionalmente, qué consecuencias tuvieron, o tienen, esos errores en la vida.

El balance es la base para la planificación de lo que vendrá.

Proyecciones para el 2021

Escribir los logros

Escribir los logros que queremos alcanzar en el 2021 siempre es una herramienta importante.  Pero no se trata de guardar en el último cajón del escritorio los propósitos para el siguiente año sino tenerlos siempre presentes. Una herramienta interesante para lograr, a lo largo del siguiente período, los propósitos y proyectos que se plantean es anotarlos en pequeñas tarjetas o papeles, y ubicarlos en algún lugar visible, de manera que podamos mirarlas a menudo. Nuestro ‘muro de propósitos’ nos recordará lo que nos hemos planteado y, sobre todo, qué debemos hacer para conseguirlo.

Otra buena idea es ubicar nuestras tarjetas en un recipiente que nos guste y al que podamos recurrir cada cierto tiempo para evaluar nuestros avances. Cuando concretemos uno de nuestros proyectos, podemos señalar que así fue, de manera que, para el siguiente balance, contemos con la evidencia de la concreción de lo que nos hemos plateado, lo cual facilitará el ejercicio del siguiente año.

Lo más importante, sin embargo, es plantearse cosas concretas, que podamos evidenciar que hemos cumplido y que dependan, lo menos posible, de otra persona o personas. Podemos decidir sobre lo que haremos en determinadas circunstancias, pero no podemos saber lo que otros harán o los cambios de planes que tengan. Cuando nos proponemos determinadas cosas, siempre es importante tener claro de qué depende que eso se concrete, para minimizar riesgos y desdramatizar lo que no se logró aún.

Como todo proyecto

Al igual que el balance, nuestros propósitos o proyecciones para el año próximo deberán estar planteados en relación a distintos ámbitos y aspectos. Por ejemplo: ¿qué quiero para mí en cuanto a educación?, ¿qué haré para mejorar mi estado físico, mi paz o mi salud?, ¿cómo voy a concretar los cambios que deseo en cuanto a mi economía?

Como todo proyecto, los propósitos para el próximo año pueden concretarse o no, dependiendo de muchos factores y, también, pueden cambiar con el tiempo. Pero esto no significa que nos hayamos equivocado. El ejercicio que hacemos al realizar nuestros propósitos para el nuevo año es el motor que nos inspirará a concretar cambios significativos en nuestro presente y en el futuro, para disfrutar de la alegría de continuar con los demás, con el estilo de vida que nos gustaría construir juntos.

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Maritza Crespo y Diego Tapia F.

Psicólogos Clínicos
0987062628
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