Conozca qué diferencia al miedo del temor y aprenda a reconocerlos en su vida diaria.
Los humanos somos seres emocionales, es decir tenemos la capacidad de experimentar emociones de manera intensa y profunda, y esta vivencia se aloja en nuestro cuerpo. Estas emociones forman parte de la vida misma y, precisamente por su importancia, comenzaron a estudiarse con mayor detalle.
Las emociones
En los años 60, Paul Eckman, psicólogo norteamericano, realizó un estudio sobre las expresiones faciales al sentir emoción y describió seis emociones básicas que experimentan todos los seres humanos, sin importar la edad, el género, el idioma, el lugar de procedencia o la cultura: la felicidad, la tristeza, el miedo, el asco, la sorpresa y la ira. Todas ellas surgen a partir de un estímulo interno o externo y cumplen una función protectora; en esencia, son un mecanismo de defensa que nos permite reaccionar ante situaciones de placer, peligro o amenaza.
Las emociones se manifiestan en la manera de actuar o de forma involuntaria a través del llanto, la tensión en el rostro, el sudor frío, entre otros.

El miedo y el temor, ¿en qué se diferencian?
El miedo es una emoción necesaria para la supervivencia, ya que nos pone en alerta frente a situaciones de riesgo y motiva a tomar acciones de autoprotección. En cambio, el temor no surge de un peligro real y concreto, sino de una sensación determinada por anticipaciones o sospechas de “supuestos peligros” que no son tangibles. Se trata de presentimientos o pensamientos que creemos que podrían suceder.
¿Cómo saber si siente miedo o temor?
Ambas emociones se manifiestan en distintos niveles:
- Fisiológico: aumento del ritmo cardíaco, dilatación de las pupilas, sudoración, escalofríos, dificultad para respirar, palidez en el rostro, dolor en el pecho y mayor producción de adrenalina. Cuando se trata de temor, suele sumarse mareo o náuseas.
- Cognitivo: pensamientos e imágenes que aparecen en nosotros después de la reacción corporal frente a una situación de miedo. Este proceso dura milésimas de segundo y permite interpretar lo ocurrido para decidir cómo protegerse.
- Conductual: acciones concretas como paralizarse, escapar, llorar, gritar, defenderse, entre otros.

Tipos de miedo
La psicología ha identificado diferentes formas de miedo. A continuación, le presentamos un breve resumen de sus principales tipos y características:
Miedo común o real: aparece ante un estímulo real que provoca sensación de riesgo o peligro.
Miedo patológico: está asociado a otro tipo de trastornos psicológicos, como la ansiedad. Surge sin una situación de peligro concreta y suele manifestarse tanto con síntomas fisiológicos como psicológicos.
Miedo irracional o irreal: su origen son pensamientos o distorsiones cognitivas, sin relación directa con un hecho específico o estímulo externo. Suele vincularse con las fobias.
Ataques de pánico: lo que necesita saber
Los llamados “ataques de pánico” son una forma que la psicología ha encontrado para describir ciertos síntomas que surgen en algunas situaciones de tensión o ansiedad. Se trata de episodios repentinos de miedo o malestar intenso, que suelen ir acompañados de síntomas físicos similares a los que provoca una situación que genera miedo.
El “ataque de pánico” es una respuesta fisiológica y emocional a situaciones concretas o no. Se caracteriza, sobre todo, por una sensación de muerte inminente (la persona cree que morirá) y una pérdida de control de su mente (sensación de volverse loco). Aunque los síntomas fisiológicos —como respiración acelerada, palpitaciones, confusión y dolor de pecho— son reales, su duración suele ser relativamente corta. Se considera una manifestación extrema frente a situaciones de estrés, ansiedad y depresión.
Importante: si llega a sufrir un ataque de pánico, pasada la crisis, es recomendable acudir a un psicólogo o psicoterapeuta e iniciar un proceso de acompañamiento que ayude a entender sus causas y a fortalecer los recursos psicoemocionales para manejar de forma adecuada el estrés y la ansiedad.