Es uno de los órganos más importantes de su can. Mantenerlo en óptimas condiciones inicia cuidando su higiene.
Más allá de su excelente capacidad de oído, el sistema auditivo de los perros interviene en su equilibrio y sus reflejos. Por ello, cuidarlos y chequear su estado es indispensable. Hacerlo debe convertirse en un hábito común. Así, podrá detectar oportunamente cualquier inconveniente, exceso de cera o infección. Una revisión y limpieza semanal es lo aconsejable para perros de orejas largas y cada dos semanas para perros de orejas cortas.
Revisión
Inicie realizando una inspección. El interior de las orejas debe lucir de un color rosa pálido. Si se ve irritado o rojo, puede que estén inflamadas. Manipule suavemente en busca de protuberancias y esté atento a las reacciones de su mascota. Si sacude la cabeza, se rasca o no deja que toque sus oídos, puede que tenga otitis o alguna infección.
Precaución siempre
Encárguese de la limpieza externa cuando lo bañe. No olvide lavar sus orejas con shampoo y secar delicadamente. A la hora de la limpieza interna, tenga mucho cuidado. Envuelva su dedo en una gasa y pase delicadamente por el interior del oído. Puede humedecerla en un poco de agua tibia pero cerciórese de que no entre agua al oído.
Suavemente
Jamás utilice hisopos en los perros. Si hace la limpieza bruscamente con este ítem, podrá perjudicar gravemente el sistema auditivo de su amigo peludo. Si se portó bien durante el aseo, prémielo con una galleta.
Consulte al especialista
Antes de usar algún producto especial para la limpieza de las orejas que obtuvo en alguna tienda para mascotas, consulte siempre con un médico veterinario.