Asegúrese de que el caramelo cubra uniformemente el fondo y los lados del molde. Además de darle un sabor distintivo, facilita desmoldarlo. Es importante trabajar rápidamente al verter el caramelo caliente en el molde, inclinándolo para distribuirlo antes de que se enfríe y solidifique.
Filtre la mezcla de flan a través de un colador fino antes de verterla en los moldes. Esto asegura una textura suave y sedosa al eliminar cualquier grumo o partícula no deseada que pueda haber en la mezcla.
El agua del baño María no debe hervir, sino mantenerse a una temperatura de unos 80˚C-90°C. Hervir el agua puede causar que el flan se cocine de manera desigual y forme burbujas. Cocinar a una temperatura más baja y constante produce un flan más suave y cremoso.
En caso de que se decida por hacer su propio flan use ingredientes frescos y de alta calidad. Para un flan excepcional, utilice huevos frescos, leche y crema de buena calidad, y auténtica vainilla. La calidad de los ingredientes marca una gran diferencia en el sabor y la textura final del flan.
Deje reposar el flan en el refrigerador al menos cuatro horas, o preferiblemente toda la noche, antes de desmoldarlo. Esto permite que se asiente completamente y que los sabores se mezclen adecuadamente. Para desmoldar, pase un cuchillo delgado por el borde del molde y sumerja el fondo del molde en agua caliente por unos segundos para aflojar el caramelo.