Antes de cocinarlos, se recomienda marinar las carnes y pescados con hierbas y especias. Esto aportará mucho sabor sin necesidad de agregar demasiada sal o grasa. Se puede utilizar poco aceite para obtener un resultado delicioso.
Si le gustan los curris, puede prepararlos con carne o verduras, usando menos leche de coco o crema. En su lugar, es recomendable añadir más especias para mantener un sabor rico y equilibrado sin tantas grasas.
Los platos mediterráneos, llenos de verduras y con aceites saludables como el de oliva, son conocidos por ser saludables. Añadir hierbas frescas como el romero o el tomillo puede potenciar el sabor sin necesidad de recurrir a la sal.
Para conservar todo el sabor y los nutrientes de las hierbas frescas, es mejor agregarlas al final de la cocción. Esto es especialmente eficaz con hierbas como el perejil, el cilantro o la albahaca.
Las hierbas frescas tienen un sabor más delicado, mientras que las secas son más concentradas. Se recomienda usar hierbas frescas cuando sea posible, especialmente en ensaladas o como toque final en los platos.
Si se utilizan hierbas secas, como el orégano o el tomillo, lo ideal es añadir una pequeña cantidad al principio de la cocción y calentarlas ligeramente para que liberen todo su aroma.
Para aprovechar al máximo el sabor del ajo, se debe picar o machacar los dientes antes de usarlos, lo que liberará compuestos que potencian su aroma y sabor.
Para aquellos que prefieren un sabor más suave, se recomienda quitar las semillas y las membranas blancas del interior de los chiles. Esto reducirá el picante y permitirá disfrutar de su sabor sin tanta intensidad.
No se debe tener miedo de experimentar. Combinar diferentes hierbas y especias con distintos alimentos puede resultar en descubrimientos de nuevos sabores sorprendentes.
Una hierba muy versátil. Puede usarlo crudo en ensaladas o platos fríos, o cocinado con carne, pescado, pollo y vegetales para darle un toque fresco y verde.
Ideal para platos frescos. Lo encontrará en ensaladas, salsas, con crema agria, quesos y especialmente papas y pescado por su sabor suave y aromático.
Se usa en muchos tipos de platos, tanto cruda como cocinada. Es perfecta para marinadas, bebidas, yogurt, postres, salsas, platos con vegetales y ensaladas, añadiendo un toque refrescante.
La favorita en platos con tomates. Úsala en sopas, guisos, pesto, con pasta, arroz, vegetales, curris y sopas para darle un sabor fresco y ligeramente dulce.
Es una hierba suave que se adapta bien a platos con carne, pescado, huevos, queso y también es deliciosa en la pizza.
Un básico de la cocina italiana y griega. También queda muy bien en platos con huevos y queso, aportando un sabor cálido y terroso.
Tiene un sabor fuerte y terroso, ideal para acompañar carne de ternera, platos con queso y en rellenos para darle profundidad de sabor.
Perfecto para guisos, sopas y rellenos, ya que aporta un aroma intenso y herbáceo que complementa muy bien estos platos.
Una de las mejores hierbas para marinar carnes y preparar salsas y rellenos. También es excelente con pescado, pollo y en sopas por su sabor robusto.
Usado principalmente en aderezos, sopas, salsas y platos con huevo, queso, pescado y pollo para dar un toque suave de cebolla fresca.
Un ingrediente esencial en muchas cocinas del mundo. Se utiliza en marinadas, aderezos, salsas y salteados, añadiendo profundidad y un sabor inconfundible.
Se usan principalmente en guisos y sopas para aportar un sabor terroso que va liberándose lentamente durante la cocción.
Añade un toque picante a platos de muchas culturas, especialmente en la cocina asiática, mexicana, africana y caribeña. Ideal en platos con carne, pollo, moluscos, tomates y curris.
Un ingrediente clave en la cocina asiática y en postres como pasteles, galletas y platos con frutas por su sabor picante y dulce a la vez.
Se usa comúnmente en tés y en algunos platos asiáticos. Tiene un sabor fresco y cítrico que combina bien con bebidas y algunas comidas ligeras.
Ideal para platos con pollo, pescado y en aderezos o platos con huevo, aportando un sabor suave, anisado y ligeramente dulce.
Ambas tienen sus ventajas. Las hierbas frescas suelen tener un sabor más delicado y se añaden al final de la cocción para preservar sus aromas. Las hierbas secas, por su parte, son más concentradas y se utilizan en cantidades menores al inicio de la cocción para que liberen todo su sabor. Si prefiere frescura, opte por las hierbas frescas, pero si busca mayor duración y sabor concentrado, elija secas.
Las especias no «caducan» de manera peligrosa, pero pierden su aroma y sabor con el tiempo. Una forma de verificarlo es frotar una pequeña cantidad entre sus dedos: si el aroma es débil o inexistente, es hora de reemplazarla. Generalmente, las especias molidas duran de uno a dos años, mientras que las enteras pueden durar hasta cuatro años si se almacenan correctamente.
Guárdelas en un lugar fresco, seco y oscuro, lejos de la luz solar directa y fuentes de calor como estufas u hornos. Los frascos de vidrio o recipientes herméticos son ideales para mantener su frescura. Evite guardarlas en la nevera, ya que la humedad puede degradarlas.
¡Definitivamente! Las especias son una excelente manera de añadir sabor sin recurrir a la sal. Especias como el ajo en polvo, el jengibre, la cúrcuma y el pimentón pueden aportar profundidad y complejidad a los platos sin necesidad de sal adicional. Experimente con mezclas para encontrar su equilibrio preferido.
Sí, puede tostar las especias secas enteras en una sartén sin aceite durante unos minutos antes de usarlas. Esto ayuda a liberar sus aceites esenciales y potencia su sabor. También puede molerlas justo antes de añadirlas a sus recetas para un sabor más fresco.
Sí. Especias como el jengibre, el hinojo, el orégano y la menta tienen propiedades digestivas reconocidas. Pueden ayudar a aliviar el malestar estomacal, la indigestión y los gases. Incluso se utilizan comúnmente en infusiones para promover una digestión saludable.
Todas las especias, en general, son naturalmente bajas en carbohidratos. Especias como la pimienta negra, el comino, el ajo y el orégano son ideales para sazonar platos en dietas bajas en carbohidratos o cetogénicas, aportando sabor sin añadir calorías significativas.
Para carnes, especias como el romero, el tomillo y el ajo son clásicas. Con el pescado, el eneldo, el hinojo y el limón aportan frescura. En cuanto a los vegetales, la albahaca, el perejil y el orégano son excelentes opciones para realzar sus sabores naturales.
Especias como el jengibre, la canela, el orégano, el cardamomo y la cúrcuma son populares para preparar infusiones con propiedades digestivas, antiinflamatorias y antioxidantes. Puede mezclar estas especias con agua caliente y agregar miel para una bebida relajante.
Depende del tipo de especia. Las especias enteras se suelen cocinar más tiempo, al inicio de la cocción, para liberar sus sabores. Las especias molidas y las hierbas frescas se agregan al final para preservar su aroma y sabor. Como regla general, evite cocinar en exceso las especias molidas para que no pierdan su potencia.