martes 19 de marzo de 2024

El encuentro de pareja como un camino de crecimiento

El encuentro de pareja como un camino de crecimiento

El encuentro de pareja como un camino de crecimiento

La relación de pareja implica un reto de desarrollo individual en compañía de otra persona en la misma peregrinación.

Revista Maxi corazon 5Uno de los temas que generan mayor interés dentro de las relaciones humanas es el poder comprender las dinámicas que se presentan en la relación de pareja. Será porque el hecho de amar y compartir la vida con una persona con la que no se tiene lazos sanguíneos nos lleva de forma implícita o tácita a reconocer nuestra libertad de elección, o aparentemente eso pudiera parecer.
Al hacerlo también se plantea otra posibilidad: la de reconocer la responsabilidad que tenemos frente a nuestra propia vida y cómo cada elección va construyendo nuestra historia. Entonces la elección de pareja sería uno de los eventos más importantes en toda nuestra historia de vida, pues a partir de este momento muchas situaciones y circunstancias irán conformando nuestro camino.

Libertad para elegir

¿Qué significa tener la libertad para elegir pareja?, ¿Será que somos totalmente libres de hacerlo?, entonces por qué muchas veces la relación de pareja trae dificultades que, en algunas ocasiones, pueden ser experiencias de dolor. Por muy buena intención que tengan dos personas, la relación de pareja tiene una serie de tareas y procesos de maduración que no pueden dejar a un lado el hecho de que crecer, en ocasiones, duele. Y no es para menos, mientras se avanza en la vida habrá retos personales que afectarán de una u otra manera a la relación, haciendo que se modifique, que se adapte a lo nuevo que trae la vida y que se adecúe al momento de cada uno de sus miembros.

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Raíces del encuentro

¿Por qué será que una persona le gusta y otra, por muy conveniente que al parecer sea para su vida o sus planes futuros, simplemente no le atrae?
Esto tiene un respuesta si consideramos que la elección de pareja tiene que ver con lo que habita dentro de nosotros, en lo más íntimo del ser, nuestras esperanzas y sueños más secretos, nuestras tareas inconclusas y nuestras heridas no sanadas. Es decir, la pareja que escogemos refleja de un modo u otro los temas a ser entendidos, trabajados y trascendidos de nuestra propia psicológica e historia personal. Nada más que eso. Y por eso mismo la relación de pareja nos puede remover los cimientos, que hasta antes de ella los manteníamos supuestamente estables. Pues trae la posibilidad de evidenciar en qué se siente uno inseguro, inadecuado, débil o lastimado.

La idea del amor

Por un lado aprendemos lo que es el amor y las características deseables en una posible pareja de nuestro contacto con el mundo. Es decir, de las relaciones adultas que han estado cerca de nosotros durante nuestra fase de desarrollo, las relaciones de la pareja de padres, tíos, abuelos, amigos de nuestros padres, vecinos, etc. También aprendemos qué debería esperar del otro en nuestra relación de pareja desde estas mismas experiencias. Desde la sociedad donde nos desenvolvemos, desde la época en la que nos desarrollamos y desde el contexto que nos rodea aprendemos lo que la pareja nos puede brindar, a más de toda una serie de imágenes de lo que podría ser para nosotros estar en pareja. A partir de ello también se crea un imaginario de lo que nosotros deberíamos ser en una relación de pareja y lo deseable de nosotros mismos para tener éxito.
Entonces, si la raíz del asunto de buscar, elegir y comprometerse en pareja viene coloreada por las experiencias infantiles, podemos comprender como esas experiencias, en gran parte inconscientes, actuarán y activarán la elección de pareja. Todo el equipaje de los asuntos no resueltos que se activan en torno al amor y la aceptación, se reflejarán tarde o temprano en la relación de pareja. No hay lugar a equivocaciones pues, aunque a nivel consciente se puede pensar que se esta eligiendo a una persona como pareja por la cantidad de cualidades que tiene y que supuestamente son afines con su plan de vida, hay otras cosas bastante importantes que saldrán a la luz una vez que empieza la convivencia o el compromiso en serio y que ni siquiera las puede sospechar usted y muy probablemente su pareja tampoco.

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Más allá de la fantasía

Es cuando empieza el verdadero propósito de hacer pareja, cuando se revelan los puntos discordantes entre los dos, cuando la otra persona no cumple con sus estándares, cuando el plan de vida no es necesariamente el sueño dorado de su contraparte.
Entonces se encuentra en una encrucijada y puede pensar que ha cometido un error, que la persona que está a su lado no es la adecuada y puede dejar la relación en busca de aquella que si calce en el molde sin hacer mayores estragos en su vida. O podemos madurar, tomar valor de la adversidad, aprender que el amor precisamente requiere de ese ingrediente de flexibilidad que le permite crecer y entonces, talvez, puede ver con otros ojos tanto a su pareja como a su vida.
Plantearse que su pareja no tiene, ni debe satisfacerle, porque él o ella también se encuentra madurando y creciendo. Que esta persona no tiene todas las respuestas para su vida y menos aún para la suya. Que sus vacíos, sus tensiones, sus pendientes, los dolores de su historia y la responsabilidad sobre su propia vida solo es suya y de ninguna manera esa tarea es transferible. En ese momento de dolorosa consciencia, tal vez puede comprender como su pareja le refleja y se convierte en un espejo de lo que aún queda por hacer para avanzar.

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Aprender a ser
pareja en
crecimiento

Tras el instinto de emparejarnos podemos encontrar una fuente de constante crecimiento, pero sería una ilusión pensar que de esa fuente emana el néctar de la felicidad eterna. Eso solo nos llevaría a la desolada percepción de que el amor no existe y que la relación de pareja es una farsa. El amor existe pero en una condición humana de perpetua evolución que no espera, ni perdona las tareas que por obligación con nuestro propio desarrollo nos instan a seguir nuestro proceso de vida.
Aprender de nuestra relación de pareja es una opción, aprender de lo que uno puede ser capaz cuando ama es posible. Comprender a través de este lazo aceptado y buscado, que la vida es más de lo que nos imaginamos, puede llevarnos a reconocer que la experiencia en pareja aporta para una conciencia más profunda de uno mismo y que usted es mucho más de lo que se imaginaba. Entonces usted estará en un camino de crecimiento, de amor maduro, estable y quizá comprenda que su historia de amor valió la pena, aunque para estar felices tuvieron que crecer.
La relación de pareja es un espejo tanto para usted como para la otra persona. Es una relación que trae el reto de un desarrollo individual en compañía de otra persona en la misma peregrinación.
Es un espacio para aprender una nueva y propia forma de amar. Pero sobre todo, es una oportunidad de aprender a amarse a uno mismo para ser capaz de poder dar amor a otra persona. Será entonces que toda esta travesía nos lleva al inicio de todo acto humano: conocerse, aceptarse y amarse a uno mismo para poder amar a los demás.

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Dra. Paola Ayala Vera

Psicóloga Clínica

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